A 67 años del Levantamiento Armado en Santiago de Cuba, su epopeya sigue iluminando a la juventud de Contramaestre, segura y consciente de que el socialismo en Cuba es irrevocable ante cualquier desafío de los enemigos de la Revolución.
Basta con pensar y saber que en esa jornada, del 30 de noviembre de 1956, un grupo de jóvenes armados y vestidos de verde olivo, se lanzó a las calles de la siempre heroica ciudad santiaguera para distraer a las fuerzas represivas de la tiranía ante el esperado desembarco del Granma y para dar curso mayor a la insurrección armada contra la dictadura batistiana.
Con acciones audaces, ese día , Santiago de Cuba amaneció en pie de guerra y el pueblo, entre asombrado y solidario, vio a decenas de jóvenes atacar puntos claves de la ciudad y evidenciar el coraje de los mambises del siglo pasado.
Pepito Tey, Tony Alomá y Otto Parellada eran los intrépidos jóvenes que desde distintas posiciones cumplían las órdenes de su máximo líder y combatiente clandestino Frank País García.
¨Santiago ardía de fuego y metralla. La población entera ,enardecida y aliada de los revolucionarios, cooperó unánimemente con nosotros¨, dijo Frank.
La ciudad oriental volvió a ser la capital del heroísmo en Cuba al vestir por vez primera el uniforme verde olivo y el brazalete rojo y negro del Movimiento 26 de Julio, símbolos de las luchas en la Sierra y en el llano.
Ese día, Pepito Tey, Tony Alomá y Otto Parellada perdieron sus vidas en el ataque a la estación de la policía batistiana, en la Loma del Intendente.
Por estos días en que el gobierno norteamericano no cesa en sus intenciones por asfixiar a la Revolución, con campañas difamatorias, y restricciones económicas, el 30 de Noviembre de 1956 sigue siendo un aliento al espíritu, de valentía y firmeza de la juventud de Contramaestre y de Cuba frente a las maniobras de los enemigos de esta Patria Libre y soberana.