Iberoamérica está de celebración hoy, para compartir raíces, historia, mercado, cultura y sangres diversas.
Veintidós países americanos, más España y Portugal, pueblos de credos, costumbres, mestizaje y rica expresión plural, defienden su identidad orgullosos de sus esencias, de sus orígenes.
La unidad continental, con ideologías y legados diferentes, con maneras de comportarse, de vivir, pensar y morir, se yergue para sustentar la convergencia de afinidades históricas y culturales.
Miguel de Cervantes, uno de los mejores del mundo, trasciende en la literatura universal con “El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha”.
En la cumbre de la poesía iberoamericana Pablo Neruda, Jorge Luis Borges, Mario Benedetti, Rubén Darío y Octavio Paz, vislumbran aún con sus obras poéticas, en las naciones agradecidas de la escritura expresada en emociones o sentimientos.
Iberoamérica, resguarda también sus cruzamientos de razas entre los pueblos indígenas, los europeos, los negros africanos, y los asiáticos, para hacer de la pluralidad cultural y social la expresión más auténtica.
Bailes típicos, vistosos, alegres o representativos de épocas diferentes, avivan el cuerpo, la mente y el alma de los hijos de la tierra que en el pasado fueron colonias de los reinos de Portugal y España.
El flamenco, la bachata, la samba, el merengue, la cumbia y el son, sobresalen entre las expresiones artísticas y culturales convertidas en una forma de comunicación universal.
Con rasgos definidos, la Comunidad Iberoamericana está de celebración hoy 19 de julio con manifestaciones incontables, ensanchando políticas económicas y sociales cohesionadas con el mundo, sin dejar de ser referentes de una cultura identitaria con lenguaje común y saberes muy distintivos.