Sin tomar en cuenta las miradas de incredulidad que primaban en el auditorio, y con naturalidad, sin hacer ningún énfasis especial, el Doctor Carlos Juan Finlay y Barrés expone sus revolucionaria teoría del contagio de la fiebre amarilla mediante un vector biológico: el mosquito denominado hoy Aedes aegypti.
Era el 18 de febrero de 1881 y sesionaba entonces en Washington la Conferencia Sanitaria Internacional.
A 144 años de su genial descubrimiento, el legado de Finlay tiene plena vigencia y nadie duda la eficacia de las campañas anti-vectoriales para la eliminación del peligroso vector.
Si bien hubo intentos de silenciar su gigantesca obra o arrebatarle incluso la paternidad de su teoría del mosquito como transmisor de la fiebre amarilla, en 1954, el décimo segundo Congreso de Historia de la Medicina celebrado en Roma, ratificó que solo a Carlos Juan Finlay y Barrés le corresponde el mérito de lograr tan monumental descubrimiento.