Antonio Maceo hacia el camposanto patrimonial

Antonio Maceo

Antonio Maceo resurge en El Cacahual para regresar a su natal Santiago de Cuba, dejando atrás el dolor y el batallar sin reposo del Titán de la Gloria, que se despidió con 51 años y 27 heridas en su cuerpo mortal.

En la zona de San Pedro nunca perece la caída en combate del hombre cuyas hazañas devienen en raíz de trueno, del cedro corpulento que jamás vendió su palabra.

A 128 años de su muerte, el General Antonio desempolva sus espuelas clavadas en la tierra, para cabalgar como buen jinete hacia hacia la Ciudad Héroe, y darle las gracias a Fidel, en el descanso eterno allí en en Santa Ifigenia.

El otrora Ejército Libertador, testigo de sus épicas batallas, reconoce la valía del intrépido mambí, quien retorna a Santiago de Cuba, con sus cicatrices de guerra, su espada redentora, con su fuerza de acción y pensamiento para despertar en los hijos del terruño el espíritu de continuidad que necesita la Patria y preservar la independencia y la soberanía.

Durante su trayecto, le distingue su bravura aquilatada en el tiempo, le distingue el pecho de acero, la pulcritud de su carácter,  la energía de sus ideales.

Fidel, ordena la bienvenida en la simbólica Plaza donde se yergue el Titán de Bronce, escoltado por 23 machetes como símbolo del alma independentista de Cuba. En esa misma Plaza de concentraciones y desfiles, de la llama eterna y recuerdo imperecedero a la figura ecuestre, los coterráneos le saludan con reverencia perpetúa.

Los pasos firmes de su caballo Martinete se apresuran hacia el Camposanto patrimonial para ir al encuentro con el Padre mayor, acompañado del Héroe Nacional, el luchador por la emancipación humana, y su Mariana guerrera.

El silencio cobija la llegada victoriosa del mambí cubano a Santa Ifigenia, lugar de descanso para el homenaje y la gloria de grandes patriotas de la historia de Cuba.

José Martí, Fidel Castro, Carlos Manuel de Céspedes y Mariana Grajales, distinguen el Tributo al inmenso Titán, de regreso en Santiago para agradecer el sueño conquistado.

Fran País García, torbellino de la clandestinidad, se suma al recibimiento junto a otros combatientes internacionalistas que ofrendaron sus vidas en defensa de la Patria.

La voz de Fidel recorre el sagrado recinto, mezclándose con imágenes de ataúdes en nichos y osarios,  de un país en silencio y en luto, de familias que no han calmado su dolor por la muerte de los suyos en tierra lejanas.

Vuelve el silencio y la aflicción que no se irá jamás, duele el corazón, se eterniza el amor como recuerdo infinito al inmortal Antonio Maceo que resurge en El Cacahual, para regresar al Oriente cubano, para dar las GRACIAS por la misión cumplida.


Moraima Zulueta Gómez

Acerca de Moraima Zulueta Gómez

Periodista de Radio Grito de Baire

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