¿Hasta cuándo la inacción con los precios en Contramaestre?

Control de precios en Contramaestre

Hace poco un vecino me expresó con algo de disgusto que él está de acuerdo con el pueblo de enfrentar a quienes adulteran precios y se aprovechan de las dificultades que tenemos, pero quien debe emprender acciones son las autoridades.

Sobre el asunto que retrata tantos incidentes diarios, la aparición de quienes deben de poner orden y control en determinadas situaciones, necesita de un emprendimiento mayor.

Las burlas reiteradas al precio del pasaje en transportes privados, dígase coches de tracción animal, la falta del listado oficial de productos en puntos de ventas, carretilleros y vendedores ambulantes con precios alarmantes, el deterioro del buen servicio y el maltrato galopante que sube de tono ante el reclamo en clientes, son problemas que crecen con el paso de los días.

El enfrentamiento que se precisa no debe dejarse en terreno de nadie, porque si no se asume una conducta seria, responsable y disciplinada sobre esta realidad que golpea la vida del cubano, crece vertiginosamente la desorganización comercial e indolencia social.

Se hace necesario entonces la acción enérgica de las autoridades sin fórmulas de paños tibios, que conducen a la burla de la legalidad. De permitir estos males que corroen la sociedad, seguirán proliferando los oportunistas sin condescendencia ninguna con el pueblo.

La preocupación de la gran mayoría ante un tema que no pareciera tener fin, necesita ser de oídos receptivos y manos duras para accionar con energía la madeja donde nos hemos enredado.

Porque aunque el pueblo apoye en el enfrentamiento a esta oleada de abuso e irrespeto, si no aparecen decisores institucionales para contrarrestar ciertas tendencias que exprimen el bolsillo y nos desaparecen socialmente, la vida seguirá sin cambios a nuestro favor.

Ante tales realidades, meditemos como estamos viviendo, cuya naturaleza nos pone a prueba cada día con eventos que causan daños humanos y pérdidas materiales. Por tanto, ser consecuente con determinadas conductas que laceran normas, economía y sentimientos del ser humano, es apremiante.

Miremos la vida con amor propio, con humanismo para sortear las vicisitudes, carestías… ¿Cómo? siendo solidarios y pensando en el bien común.

Si accionamos con sensibilidad, comprensión y ayuda recíproca, la cotidianidad nos fuera de mejor sabor, haciendo de la satisfacción personal y colectiva un acontecimiento único, agradable, respetuoso por un país que necesita levantarse por el bien de sus habitantes.


Moraima Zulueta Gómez

Acerca de Moraima Zulueta Gómez

Periodista de Radio Grito de Baire

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