Che, una muerte sin prescripción

Ernesto Che Guevara

La muerte de Ernesto Che Guevara no prescribe, porque aún estando muerto, su dimensión de talla universal se agiganta.

Quienes lo asesinaron a mansalva, mataron al hombre, pero le dieron vida al símbolo, al ícono revolucionario más grande del siglo XX.

Su partida fue un golpe duro para Cuba y Latinoamérica, más no pudieron contigo; se equivocaron los que cantaron victoria; se equivocaron los que creyeron en la derrota de sus ideas, en el pensamiento inmaculado de sus concepciones guerrilleras.

Nadie puede arrebatarle a Cuba el ejemplo de Ernesto Che Guevara, las virtudes revolucionarias, el carácter, el espíritu de trabajo de un hombre, convertido en modelo ideal para nuestro pueblo.

En La Higuera quedó la profunda tristeza del crimen perpetrado, para regresar a tu Patria grande sus restos que no llegaron vencidos para convertirte en Héroe, en leyenda, para hacer el Che de los cubanos y el mundo.

Cincuenta y siete años después, en pleno siglo XXI, la complicidad de su vida guerrillera acompañada de otros intrépidos hombres, es la fuerza telúrica que mueve a un país para seguir resistiendo, bajo presiones imperialistas que no descansan por intentar desaparecer el proyecto social cubano.

Cada minuto que pasa, su luz desde el Hondón americano, ilumina las tempestades que aún viven los pueblos defensores de su legado, naciones que defienden la icónica frase: “Hasta la victoria siempre”.

Ernesto Che Guevara, caíste pero no es definitivo, porque eres demasiado inmenso para creer en tu muerte. Su retorno creciente e indetenible en un mundo cada vez más difícil, es símbolo perdurable… que las ideas no se matan.


Moraima Zulueta Gómez

Acerca de Moraima Zulueta Gómez

Periodista de Radio Grito de Baire

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