Hoy, Contramaestre se viste de uniforme escolar cuando abren las puertas las aulas ávidas de estudiantes y maestros, que bajo las dificultades actuales están decididos a darlo todo por la continuidad de la alegría del saber.
En breve Contramaestre alegrará el día en los albores del nuevo periodo escolar par dejar por sentado que nada detendrá la preparación del futuro relevo.
Cada escuela cuenta con el aliento de cada maestro y el ímpetu de cada estudiante, que su pupitre tendrán las libretas y libros que esperan el deseo de aprender y descubrir nuevos horizontes.
Los centros se convierten esta mañana en jardín con los coloridos uniformes y en mar de alegría con las sonrisas de las pupilos que se ven después del descanso estival y saludan con un beso a sus maestros.
También llenos de felicidad acuden los padres a la escuela este primer día de clases, de reencuentro, con el deseo infinito de apoyar a sus hijos en el empeño, pese a las dificultades presentes hoy en sus vidas; y de mostrar a los profesores la decisión resulta de unidad para que los niños obtengan los mejores conocimientos y las más alta preparación para el futuro.