Su magia es única; su sonido, incomparable; su compañía, la más esperada. Perseverante, directa, amena e instructiva son atributos que la distinguen.
La Radio cubana hoy está de celebración conquistando públicos en diversas latitudes, desde una intimidad de la que solo ella es capaz, sin importar distancias porque la cita está garantizada, siempre puntual y oportuna, fresca y esperada.
Su fidelidad nunca falta, garantizando el despertar alegre junto a esas voces sin rostros que colorean nuestros amaneceres construyendo imágenes, sonidos, historias.
Desde el arte de los sonidos, la vida se dibuja en efectos, música, sentimientos, en multiplicidad de experiencias que reviven emociones en el corazón que late en cada pecho de sus audiencias.
Y es que nuestra Radio, la Radio del pueblo está en todos los rincones, se renueva, busca otros escenarios donde mostrar su riqueza, su perdurabilidad, su capacidad para adaptarse a nuevas circunstancias.
Es la Radio cubana, la que escuchamos una gran mayoría, la joven de la Isla que seduce, enamora, la que ofrece la oportunidad de lo real, lo vivido, lo trascendente, asumiendo desafíos con rostros de lozanía, inteligencia, talento.
La Radio vive a través de nosotros, sueña a través de nuestras experiencias, subsiste desde la renovada pasión que nos pone a prueba en etapas difíciles como hoy, es capaz de inspirar porque vive al compás de la gente, perdura su esencia.
La Radio de Cuba es en cotidianidad que acompaña soledades, compartiendo conocimientos, entretenimiento información, música.
Ciento dos años, la Radio en casa y escuela de muchos, y en esperanzas para otros, porque apasiona, atrapa y vibra en el alma de sus oyentes para estar más viva que nunca.
