Juan Fajardo Vega es la semilla fértil de Contramaestre, cuyas raíces de independencia están en el pedestal sagrado de la Patria, es el guerrero grande de nuestra historia paradigma de distintas generaciones.
El último mambí nunca se ha ido definitivamente, porque su estirpe revolucionaria está en la dimensión de la inmortalidad.
La gloria de tu destino se convierte en lealtad a un hombre que su nombre trasciende fronteras con reverencia infinita a su legado.
Con el pie en el estribo y machete en mano, desde edad temprana, la manigua fue la brújula de la insurrección como el más decidido de los guerreros.
Más contigo no pudieron Juan Fajardo Vega, porque decidiste con tu incesante batallar tras una causa justa, cambiar el arma blanca por el fusil contra la intervención enemiga.
Hoy Contramaestre venera la humildad de un mambí eterno, la luz de la emancipación, el decoro y la dignidad de un patriota comprometido para todos los tiempos.
A 34 años de su muerte, Guayabal, tu terruño natal como toda Cuba, rememora el veterano de la guerra por la Independencia, símbolo de fidelidad y patriotismo, convertido en ícono de la nación, en arquetipo de combate de fe ilimitada por un mañana mejor.