Conciencias y corazones anidan en hombres y mujeres que supieron escoger bien el camino, en un poderoso escudo de acero que a la distancia de 65 años, los adversarios de la Revolución no han podido destruir su grandeza.
Misiones sagradas, multiplicadas en el tiempo, suman páginas gloriosas de generaciones distintas de cubanos, que han consagrado sus vidas a descubrir y prevenir, a enfrentar y salvar, a impedir a tiempo planes o acciones enemigas como héroes del silencio.
Su estirpe, realza el decoro y la dignidad de esos combatientes que Cuba lo sitúa en el pedestal de la Patria, de esa fuerza indestructible que surgió como respuesta a una guerra sucia y encubierta de la Agencia central de inteligencia y del gobierno de Estados Unidos.
Agresiones acumuladas por más de medio siglo contra el pueblo cubano, avalan el desvelo de esos hombres y mujeres, de ayer y hoy, que han hecho del coraje y la valentía su mejor elección, que desde el anonimato han defendido la convicción de Patria o Muerte.
Sesenta y cinco años transcurridos, han prestigiado las filas de estos Héroes del silencio, de las almas legendarias comprometidas con la Seguridad del Estado.
Sesenta y cinco años reafirman la entrega y fidelidad sin descanso de este Órgano, baluarte del sistema defensivo de la independencia, la soberanía y las conquistas de nuestro país, haciendo de los retos y desafíos el mayor compromiso con trabajo sistemático e inteligente.
A esos fundadores que perdieron sus vidas en defensa de su pueblo, y a los continuadores de espíritu alerta y combativo en diferentes escenarios, el homenaje agradecido de su Cuba que aviva la confianza en hombres y mujeres que han cimentado la Revolución con el sudor del sacrificio.
