Su fragancia resplandece en campos, montes y llanos donde su presencia cultiva la luz, el amor que nace en los silencios del alma y se hace vida en cada gesto, en cada palabra, en cada línea, en cada movimiento del arte.
Llevar la verdad socialista bajo el manto de una doctrina de paz, defendiendo la cultura con fe y valor, es la mayor riqueza que agradecen niños felices en las escuelas, campesinos libres en el surco y obreros fraguados por el sudor.
Pero la gratitud es más inmensa en salas hospitalarias infantiles, donde se despiertan sonrisas, aplausos y canciones para curar el alma, para repartir un mundo de colores en pacientes pediátricos oncológicos necesitados de la terapia humanista.
Con proyectos artísticos novedosos se expande y consolida el arte en cada rincón de la Isla para hacer que perdure y centellee la creación en las mentes y en los corazones.
Como un Ejército de valientes bajo las enseñanzas de José Martí y frutos de la Revolución, la instrucción de la música, la poesía, la danza, las artes plásticas, el teatro, se esparce como semilla fértil para hacer de la virtud la mejor cosecha, para preservar la cultura general, las tradiciones y valores estéticos en todos los públicos.
Como verdaderos Quijotes bajo la luz del arte anda esta fuerza de tierra adentro para formar cientos, miles de poetas, bailarines o bailadores, músicos, actores, escultores o pintores, andan por llanos y montañas quitando el polvo de las rutinas de nuestras almas para que otros vean brillar el sol en defensa de la cultura de un país.
