El 27 de noviembre de 1871 se consumaba en La Habana uno de los crímenes más horrendos del colonialismo español en Cuba. Eran asesinados 8 estudiantes de medicina. El mayor no pasaba de los 20 y el más joven solo tenía 16 años.
El atroz hecho ha quedado marcado profundamente dentro de los innumerables sacrificios de jóvenes que han ofrendado su vida en las luchas por la liberación nacional de nuestra Patria.
Este crimen conmovió a la sociedad de la época pues no se trataba de caídos en combate en otras tierras, ni siquiera lejos de la capital del país, eran jóvenes con escasa participación política.
Los estudiantes de Contramaestre no olvidan que el odio sesgó la vida de aquellos jóvenes; sus sueños truncados son hoy realidades en los universitarios de este terruño los que guiados por su espíritu continúan defendiendo y aportando a esta Revolución que los ha formado como hombres de bien.
Este año se conmemora el Aniversario 152 de lo sucedido. El abominable crimen contribuyó a fortalecer el sentimiento independentista de los cubanos. La firme posición de los estudiantes durante todo el proceso los indultó ante la Patria y los convirtió en bandera; por ello, los estudiantes contramaestrenses rinden tributo hoy a esa honorable existencia de aquellos jóvenes que murieron, según Martí, ¨ con un himno en la garganta¨.
