Intervención de la Texaco por el gobierno revolucionario

Intervención de la Texaco por el gobierno revolucionario

El 28 de junio de 1960 el gobierno revolucionario cubano encabezado por Fidel Castro emitió la Resolución No. 188, la cual daba carácter legal al proceso de nacionalización de propiedades de compañías extranjeras en nuestro territorio nacional, y se produjo ese mismo día la intervención de la planta refinadora de Texaco en Santiago de Cuba.

Ya el gobierno revolucionario cubano estaba al tanto de las maniobras del imperialismo norteamericano destinadas a asfixiar a la naciente revolución. La intervención de La Texaco fue la respuesta directa del Comandante en Jefe Fidel Castro a la “declaración de guerra económica” que implicó la aprobación del proyecto de ley azucarera presentado al presidente Dwight David Eisenhower, por la Comisión de Agricultura de la Cámara de Representantes del Congreso norteamericano el 28 de junio de 1960.

Esta legislación azucarera ideada por el entonces subsecretario de Estado adjunto para Asuntos Interamericanos, Lester Mallory, es considerada el origen de la política norteamericana de bloqueo económico y financiero contra Cuba.

Nacionalizada compañía Texaco

Con la nacionalización de la Compañía petrolera Texaco quedaban sin efectos los poderes discrecionales que esta ley azucarera le concedía al gobierno norteamericano para fijar la cuota de azúcar cubano durante 1960 y principios de 1961.

Luego el gobierno cubano continuó el nacionalización de la Texaco de La Habana, de las instalaciones de la ESSO y de la Shell. Entonces respondió Estado Unidos promulgó la Ley Puñal, que redujo al mínimo la cuota azucarera cubana hacia el mercado norteamericano, su principal destino exportador. El 5 de julio de 1960, Cuba replicó mediante la Ley Escudo, que facultaba al presidente y primer ministro de la República, a nacionalizar empresas y bienes foráneos.

Hasta hoy el pueblo cubano sufre las consecuencias del genocida bloqueo económico que se originó en aquellos días convulsos. Sin embargo, Cuba continúa por el camino de la soberanía y la idependencia, imponiéndose ante cada adversidad.


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