Doña Leonor Pérez, un arquetipo de maternidad irrevocable

Doña Leonor Pérez y José Martí

Doña Leonor Pérez, la madre del Apóstol de la Independencia y Héroe Nacional José Martí, quizás nunca imaginó que se convertiría en un arquetipo de maternidad irrevocable, al prodigarle amor inmenso a su único varón.

Con toda responsabilidad y sentimientos, esta noble mujer, formada en la laboriosidad y honradez devino en esencia de grandeza, desde su llegada a Cuba con solo 15 años para contraer matrimonio con Mariano Martí y formar una familia de ocho hijos, siete hembras y su primer vástago José Julián.

La emblemática calle de Paula de La Habana Vieja, hoy siente la ausencia de la madre que puso rodilla en tierra para legarnos al Martí de Cuba, de Latinoamérica, al Martí del mundo.

Es en esa misma calle, donde se recuerda el sufrimiento de Doña Leonor Pérez, quien sufrió como nadie al ver crecer a su Martí lejos de casa, con un futuro muy distinto al que ella pensaba, con una vida de sacrificio que, como lo presentía, terminaría con la muerte.

Mujer impetuosa, fuerte ante los agravios de la vida, de carácter firme, esencia de virtuosismo maternal. Aunque casi era iletrada, exponía sus ideas con claridad e inteligencia de infinita consagración a su familia.

A la madre del Apóstol le amerita ser el ejemplo de fémina que aportó con creces a la formación de muchas de las virtudes morales de su Martí, de derrochar el amor inmenso que tantas veces medió para aminorar la severidad paterna, más allá de la suya propia.

A 117 años del último adiós de la madre de José Martí, Cuba no olvida la imperecedera dedicatoria escrita en verso en el dorso de una imagen capturada el 5 de abril de 1870 en el Presidio Departamental de La Habana: “Mírame madre, y por tu amor no llores, si esclavo de mi edad y mis doctrinas,
tu mártir corazón llené de espinas, piensa que nacen entre espinas flores”.


Moraima Zulueta Gómez

Acerca de Moraima Zulueta Gómez

Periodista de Radio Grito de Baire

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