Se acerca el 14 de febrero y no hay mejor ocasión para expresar la confianza que inspira el amor. Es ese sentimiento palpable en la sonrisa de un niño, cuando refleja la inocencia tierna en complicidad con sus padres; en la oración de una madre que pelea de rodillas por las batallas de sus hijos.
Confío en el amor que es primavera, en el que escuchas con detenimiento el trinar de las aves cuando observas con deleite la flor silvestre o del jardín que armoniza con el azul del cielo y un sol radiante.
Confío en el amor, cuando disfrutas ver en un parque o en la calle, la mano extendida del infante sujeta de su progenitor, cuando celebras el triunfo de un amigo o colega y lo sientes como tuyo, cuando te percatas de lo bueno, lo profundo, de la lealtad y la sinceridad en tus semejantes.
Confío en el amor, de quién escoge amar sin diferencias ni límites, cuando una amiga te confiesa que ama de verdad, que conquistó una gran meta y que aún existen otros sueños para ser más grandes de corazón.
Confío en el amor que despierta preocuparse por la salud del que comparte espacios de convivencia y entorno laboral, de aquel a quien te amarras con fuerza sin pedir nada a cambio.
Confío en el amor del que ama a su Patria con deseos de transformación, del que saca una sonrisa del alma pese a los tiempos difíciles, de aquel que nos aporta buenos sentimientos con absoluta transparencia.
Confío en el amor que no da cabida a miedo ni dudas, abriéndose paso a colorear la vida de buenos sentimientos y de paz, en espera de de un 14 de febrero con flores, regalos, poesía, salidas y mucha ilusión.
