Conozco de una paramédico cincuentenaria que tiene la certeza de haber escogido bien su profesión, enfermera.
Martha Zamora Mora, vive en el poblado de Maffo, quien labora aún en el Hospital General Docente “Orlando Pantoja Tamayo” de Contramaestre, no se equivocó al saber desde temprana edad que su decisión fue correcta porque nada le impulsa más que hacer el bien sin escatimar esfuerzos ni establecer diferencias entre unos y otros.
Su historia de entrega empezó como ayudante voluntaria de la Cruz Roja, organización que le facilitó crecer y hacer realidad sus sueños por amor y pura convicción, porque le gusta ayudar al prójimo y siente el dolor ajeno como propio.
Extender su mano solidaria como brigadista sanitaria en la zafra de los 70 en Baragúa, municipio Mella, fue una de sus primeras misiones, vivencia enriquecedora que le dejó positivas experiencias para convertirse en enfermera auxiliar.
Apasionada por el arte de cuidar y salvar vidas, esta mujer demuestra su vocación altruista, al emprender los saberes de la obstetricia, cuyos conocimientos y calidad humana, hizo posible graduarse como Licenciada en Enfermería, comprometida con un servicio de neonatos y púerperas.
Durante 20 años consecutivos, la responsabilidad con un salón de partos, la puso a prueba, donde cada alumbramiento fue una experiencia de dos vidas que se deben proteger con humanismo y buenas prácticas.
La República Bolivariana de Venezuela, fue testigo del heroísmo cotidiano de la enfermera Martha Zamora Mora, donde permaneció 4 años entregando su corazón solidario con la satisfacción de saberse útil.
Sus 68 abriles no desmienten su total entrega a una emblemática institución hospitalaria. Hoy el área de Cirugía menor, abraza con gratitud la sapiencia de esta enfermera que casi todo Contramaestre conoce, quien cada amanecer renueva sus energías para cumplir con una profesión que ama infinitamente desde que decidió ser paramédico.
