Juan Almeida: ¡Vaya hombre para amar a su Patria y a sus semejantes con humildad demostrada! El don de la música en el alma y palabras para conservar los combates, los esfuerzos, los sueños, siempre le distinguieron.
Ni los grados ni los cargos transformaron al guerrero sencillo, de pueblo, al autor de infinita gloria que cabe en un simple grano de maíz, enseñando que lo noble, lo justo, lo puro, lo escrito, desde el corazón, es eterno.
Juan Almeida Bosque es orgullo nuestro por ser Héroe y talismán, por ser verdad irreversible, por nacer para quedarse y traspasar fronteras con ejemplo imperecedero.
El cariño que ganó en su gente no puede esfumarse como tampoco el recuerdo amoroso de su obra apuntalada de virtudes, con el fusil al brazo y pecho de poeta.
Almeida y su legado
Del Comandante Almeida aprendimos que el único camino de los pobres es luchar para conquistar sus derechos, para alcanzar la libertad, para defender la independencia y la soberanía escamoteada por los gobiernos enemigos.
En su huella profunda y versátil, se funden el arrojo del combatiente, el ejemplo del dirigente justo y leal, la sensibilidad de un soldado que en plena guerra componía canciones de amor.
El Moncada, el Granma, la Sierra y en particular Alegría de Pío, lo hicieron grande para devolver la dignidad a las serranías del Tercer Frente, tocando el corazón de su pueblo.
Almeida, te evocamos en silencio y alegría porque tu partida hace 13 años, estremece e inspira, porque nos legaste esa capacidad de resistencia y sentido del deber que no olvidaremos jamás, porque tu frase: “Aquí no se rinde nadie” en presencia de estos tiempos adversos, nos convocan al combate, los esfuerzos, los sueños, para continuar por siempre esta Revolución.
