El 24 de mayo de 1963, una brigada compuesta por 58 trabajadores de la salud partió de Cuba hacia Argelia, con lo que se inició la cooperación médica internacional como parte de la política exterior y los esfuerzos humanitarios del país para ayudar a otras naciones, con énfasis en la importancia de la atención médica como un derecho humano fundamental.
La cooperación médica cubana ha sido reconocida por su especial énfasis en la solidaridad y la ayuda mutua. Cabe destacar que muchos profesionales de la salud se han dedicado a servir en diversos países de América Latina, África y Asia, a menudo en respuesta a circunstancias difíciles como catástrofes naturales, epidemias o crisis de salud pública.
El envío de brigadas médicas durante el brote de ébola a África Occidental en 2014 puso de manifiesto el compromiso de Cuba con la salud mundial. La brigada médica internacional «Henry Reeve», creada por el Comandante en Jefe Fidel Castro en 2005, está especializada en hacer frente a catástrofes y epidemias, convirtiéndose en un símbolo de la diplomacia médica cubana.
Cuba desplegó una estrategia polifacética que hacía hincapié no sólo en la preparación nacional, sino también en la solidaridad internacional. El personal médico cubano brindó apoyo a varios países gravemente afectados por la Covid-19, demostrando el compromiso de Cuba con la salud mundial.
Se enviaron brigadas médicas cubanas, conocidas por su experiencia en respuesta a catástrofes y control de epidemias, a más de 40 países. Este enfoque humanitario no sólo abordó las necesidades sanitarias inmediatas, sino que también facilitó el intercambio de conocimientos y mejores prácticas en la gestión del virus.
Por otra parte, el enfoque cubano de la formación médica es notable. El país ofrece becas a estudiantes extranjeros para estudiar medicina en la Escuela Latinoamericana de Medicina, ELAM, creada por Fidel Castro, y en otras instituciones cubanas.
Este enfoque cubano pretende formar una nueva generación de profesionales de la salud capaces de atender las necesidades específicas de sus países de origen. Esta iniciativa no sólo enriquece la fuerza laboral médica de estas naciones, sino que también fortalece las relaciones bilaterales.
La cooperación médica internacional cubana también ha incluido programas centrados en la atención preventiva, la educación en salud pública y las iniciativas de salud comunitaria. Estos programas pretenden capacitar a las comunidades para que se hagan cargo de su salud mediante la educación y la movilización de recursos, principios profundamente arraigados en el sistema sanitario cubano.
A pesar de los retos planteados por las sanciones económicas, el bloqueo económico de Estados Unidos y los limitados recursos, Cuba ha logrado posicionarse como un actor clave en la cooperación sanitaria mundial. La Organización Mundial de la Salud ha reconocido sus aportaciones, y muchos países han intentado replicar aspectos del modelo sanitario cubano, destacando la eficacia de la atención primaria y el acceso universal.