De rebeldía innata, fue ese hijo de Santiago de Cuba, cultivado en los saberes de la poesía, el periodismo, el ensayo y la crítica literaria.
La Ciudad Héroe de la República de Cuba, tierra que lo vio nacer lo rememora como el patriota auténtico, como el político independentista y socialista, defensor de los pobres y de los obreros.
Diego Vicente Tejera fue y será el intelectual cubano de vasta trayectoria, cuya obra literaria no puede separarse de su vida y acción política y revolucionaria.
Desde su niñez, le marcó una gran sensibilidad por los asuntos sociales y una alta vocación de sacrificio, de amor y compromiso por una Patria soñada hacia la libertad y el progreso; de ahí su inclinación por la justicia social y por la política.
Conocimientos de Agronomía y estudios de Medicina alternados con los de Derecho y Filosofía, cultivaron a este gran hombre, quien tuvo que abandonar los estudios por la situación existente de la época.
Diversos países de Europa y América le acogieron, donde la participación en innumerables acontecimientos históricos le distinguen al mortal de diversas facetas, de sensibilidad exquisita hacia lo bello, hacia el amor, hacia la solidaridad, dimensión compartidas en la política y en las artes.
José Martí, figura entre la lista de sus conocidos, por su brillante obra poética que lo convierten en vocal de la Sección de Literatura del Liceo Artístico y Literario de Guanabacoa ,dirigida entonces por el Apóstol.
El teatro Tomás Terry de Cienfuegos, venera el nombre de Diego Vicente Tejera como el hombre que le dio existencia y vida a esta emblemática institución cultural.
El primer Partido Socialista Cubano, fundado el 22 de mayo de 1899 aguarda la huella del destacado intelectual de la nación, quien años más tarde pretendió fundar su partido con el nombre de Partido Popular, intento que no fue posible y marcó su separación definitiva de las actividades políticas.
A la edad de 55 años, falleció Diego Vicente Tejera, cuando una incurable enfermedad le arrebató la vida el 6 de noviembre de 1903.
A 121 años del deceso del destacado intelectual y político, Cuba no olvida su legado, su virtuosismo y su patriotismo, no olvida al pensador que amó a su Isla desde sus entrañas, para situarse en el pedestal de la historia como precursor del socialismo en la nación.