Nada detuvo la lucha por la independencia de Cuba

Nada detuvo las luchas por la independencia de Cuba

Los grandes deseos de los patriotas imacientes por la independencia de Cuba y que siguieron a Carlos Manuel de Céspedes, luego del alzamiento del 10 de octubre de 1868 en La Demajagua, quedaron frustrados con el Pacto del Zanjón que echó por tierra el esfuerzo y el sacrificio de 10 años de guerra contra el colonialismo español.

Continuó Cuba bajo la esclavitud y sin independencia, quedaron frustradas las aspiraciones políticas, económicas y sociales del pueblo cubano. Sin embargo, el único camino para lograr la independencia definitiva de España era reiniciar la lucha armada.

De modo que José Martí se dio a la tarea de corregir los errores de las contiendas precedentes, organizó, orientó a los patriotas en el exilio, logró al recaudación de fondos para la causa, y fundó el Partido Revolucionario Cubano y el periódico Patria.

Con los fondos recaudados, los patriotas cubanos encabezados por Martí y Gómez, acordaron llevar a cabo el Plan de la Fernandina, que consistía en enviar hombres y armas a Cuba en tres embarcaciones para reiniciar la lucha armada contra el colonialismo español.

Por una delación, el 10 de enero la Secretaría del Tesoro de los Estados Unidos, orientó detener el la embarcación Amadis, procediendo posteriormente a la confiscación de todo el armamento y municiones que llevaban las tres embarcaciones. Había fracasado el Plan de la Fernandina y prácticamente sin fondos quedaron las arcas de la insurrección.

No se amilanó Martí ni quienes aspiran con seriedad a reiniciar, cuanto antes, la Guerra Necesaria. Lejos de producir desaliento, los ánimos de la emigración se agitaron,y el 29 de enero de 1895 Martí elaboró la resolución que autorizó el alzamiento simultáneo en la isla.

Riesgo por la independencia de Cuba

Para llevar la orden de alzamiento a la Isla fue comisionado Juan de Dios Barrios, un humilde torcedor de tabaco residente en Tampa. Camuflada dentro de un puro que se preparó en la fábrica de Blas Clemente Fernández OʼHalloran, la orden de levantamiento cruzó el estrecho de la Florida a bordo del vapor Mascotte, que cubría la ruta Tampa-Cayo Hueso-La Habana.

Cuando Juan Gualberto Gómez la recibió, reunió en su casa a los organizadores del movimiento en La Habana y Matanzas. Convinieron que la fecha idónea era el domingo 24 de febrero, día de fiestas carnavalescas; luego enviaron dos emisarios con la propuesta al resto del país.

De este modo se produce el Grito de Independencia el día acordado en varios puntos de la geografía de Cuba, con mayor impacto en la provincia de Oriente. Quedaba clara la decisión irrevocable de los insurrectos de luchar hasta morir o ser libres.

Y el 1 y 11 de abril llegaron a Cuba las expediciones con Antonio Maceo con Flor Crombet, y José Martí con Máximo Gómez repectivamente. Para beneplácito d elos altos dirigentes, las fuerzas insurrectas de Guantánamo, Baire y Manzanillo aún estaban en pie de lucha. Nada detuvo el anhelo por la libertad de la Patria.


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *