Vuelve el jinete a cabalgar para dar las gracias a Santiago. Fidel, tu luz es más inmensa.
Contramaestre le evoca diferente. Esta vez no hay luto ni lágrimas en la carretera central. Aún se recuerda su paso en una caravana militar, escoltada de sentimiento patrio. Fidel se despedía de su pueblo, dejando atrás una multitud entristecida que daba su último adiós al líder de la renovada vigencia.
Fidel regresaba a su Santiago para cumplir su promesa, porque toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz, que hecha raíz y florece en el sagrado altar de la Patria. Baire no desvía la impronta de la ruta funeraria. La Rinconada desempolva desde horas bien tempranas el aire sublime del guerrillero, camino a la Operación Santiago. A su paso victorioso por Baire, yergue el Grito redentor por la Independencia, al tiempo que la declaración de primer poblado libre de la carretera central es la huella, gracias a Fidel.
Cruce de Anacahuita venera las cinco noches de permanencia junto con otros barbudos rebeldes y la compañía de la flor más autóctona de la Sierra Maestra. El batey del central América Libre, lugar donde nuestro gigante de pueblo estableció la Comandancia definitiva, invoca la gratitud de tu presencia.
Fidel y su legado inmortal
Fidel, tu recorrido en el armón que transportaba tus cenizas en la urna de tus añorados cedros desde la infancia, en compañía de las rosas blancas de Martí y de nuestra cubana bandera, nos reafirma el valor de tu grandeza, nos reafirma tu legado y presencia inmortal.
A la distancia de 6 años de tu viaje eterno por Contramaestre, te sentimos como un padre, como el mejor de los hermanos, como el amigo más alto, porque tu nombre es verbo, sea el día y sean las noches. De descanso definitivo en tu Santiago, te damos las Gracias por la obra conquistada, sin luto, sin lágrimas, sólo con la convicción que te seremos fielea hasta las últimas consecuencias.
