Wilfredo Pagés Pérez

Wilfredo Pages Pérez, héroe de la República de Cuba.

Wilfredo Pagés Pérez, nacido en la ciudad de Manzanillo el día 21 de Mayo de 1935, desde muy joven comenzó a trabajar en un taller de mecánica. Pronto a su inteligencia, su interés y su vocación le llevaron a dominar la difícil técnica, especializándose en tornería con el elogio de sus maestros.

Era un joven apuesto, de agradable carácter, atento y caballeroso siendo simpático a cuantos le conocieron. Era sobre todo, hijo y hermano ejemplar, gustaba de los deportes, siendo su distracción favorita la pelota. A todos estos rasgos de su carácter unía una gran modestia, virtud inherente a todo revolucionario cabal. Porque en aquel muchacho afable y cariñoso que adoraba a sus padres y cultivaba con esmero la amistad, era Wilfredo un combatiente ejemplar.

Militaba en la ortodoxia, cuando decide incorporarse al Movimiento 26 de Julio, organizacion radical fundada por Fidel Castro. Al saber de la necesidad en la Sierra Maestre de un mecánico, se brinda de manera inmediata.

Y el día 19 de Marzo de 1958 abandonó su hogar a su adorable madre y partió hacia la Sierra Maestra a incorporarse a la lucha activa. Pero sus conocimientos su técnica le hacían más necesario en la retaguardia y muy a pesar suyo es ubicado en el taller de armería del Ejército Rebelde, a las ordenes del entonces capitán Luis Crespo, jefe de la columna # 1 José Martí en el campamento Santo Domingo.

Aquel mecánico con alma de combatiente no se sentía bien, si no iba a pelear en el frente de batalla, así lo hizo saber a sus jefes, quienes finalmente aprueban su intención y marcha, con un grupo de compañeros al asalto del BANFAIC de Maffo, Contramaestre, Oriente, último reducto de la dictadura de Batista en el oriente del país.

Se ocorporó a esta batalla conocida como la Batalla de Maffo (10-30 diciembre, 1958) dirigida por Fidel Castro. En pleno combate, un bala atraviesa su cuerpo, sus compañeros le creen muerto, pero se incorpora, saca fuerzas de su coraje extraordinario, se yergue con su metralleta y abre fuego contra el enemigo. Una ráfaga de ametralladora segó su vida de combatiente el 27 de Diciembre de 1958, tan sólo a 4 días del triunfo de la Revolución, no pudo disfrutar lo que sucedió el 1ro de Enero de 1959.

Su legado de heroismo quedó sembrado en el corazón del pueblo cubano, y constituye un faro más que ilumina el sendero siempre victorioso de la Revolución cubana.