Una aproximación a la biografía de Frank País

Frank País García hijo de Santiago de Cuba

Frank País García nació de padres españoles y quedó huérfano a los cinco años. Su madre, Rosario García Calviño, lo crio a él y a sus hermanos. A pesar de las dificultades, su madre inspiró en Frank un fuerte interés cultural, especialmente por la lectura, la poesía y la música. Aprendió a tocar el piano y el órgano desde pequeño y comenzó a escribir sus propias canciones, una de las cuales se titulaba “Melancolía”.

Frank destacó en la escuela primaria en el Instituto Martí y posteriormente asistió al Instituto de Segunda Enseñanza en Santiago de Cuba. Durante esta época, se hizo cada vez más consciente de la inestabilidad política en Cuba, a medida que el movimiento revolucionario estudiantil crecía en medio de las luchas sociales. Su sólida formación cultural condujo al desarrollo de su conciencia política y demostró habilidades de liderazgo, además de obtener excelentes resultados académicos.

Frank recibió matrícula gratuita y varios premios académicos, lo que avivó aún más su deseo de convertirse en maestro. Cursó un curso preparatorio para ingresar a la Escuela Normal para Maestros de Oriente. Frank logró su sueño de ser el primero, una meta que muchos creían imposible en aquel entonces. A principios de la década de 1950, se convirtió en maestro y líder revolucionario en Santiago de Cuba. El golpe militar de Batista en marzo de 1952 moldeó sus ideas políticas, y se opuso abiertamente al régimen, convirtiéndose en una figura destacada del movimiento insurgente.

Desempeñó diversos cargos durante sus estudios y se graduó a los 18 años en 1953. Ese mismo año, se matriculó en la Facultad de Educación de la Universidad de Oriente con el objetivo de obtener el Doctorado en Pedagogía, lo que marcó una etapa importante en su vida. La crianza de Frank, apoyada por su madre en una situación familiar difícil, moldeó su compromiso con su país. Su dedicación a la libertad y sus sólidos principios inspiran a las generaciones futuras, especialmente a las que participaron en la Tercera Revolución Educativa de Cuba.

En 1953, el movimiento juvenil liderado por Fidel Castro se aferró a los ideales de independencia y libertad. Frank, recién graduado, comenzó a dar clases a alumnos de tercero y cuarto grado en la escuela “El Salvador” de su ciudad natal, continuando el legado de otro gran educador, José de la Luz y Caballero. Sus firmes ideales revolucionarios enriquecen su enseñanza, centrándose en la moral, la educación cívica y la historia de Cuba. Sus clases atraen la atención tanto de estudiantes como de profesores experimentados, ya que comparte con franqueza sus creencias y critica el régimen inconstitucional establecido el 13 de marzo de 1952.

Testimonios de estudiantes y colegas destacan los métodos de enseñanza de un maestro que fomentaba la participación, la cooperación y la interacción de los niños, inspirándolos a desempeñar roles sociales y políticos. País García organizaba excursiones, caminatas y actividades culturales. Dirigía pequeñas obras de teatro con espíritu patriótico. Amaba a sus alumnos y los trataba con respeto; aunque carecía de técnicas modernas, poseía un fuerte deseo de ayudarlos a crecer por el bien del país. Un estudiante, el ingeniero Rolando Martínez Terán, mencionó la gran influencia que este maestro tuvo en su vida. Frank País tuvo una breve pero intensa carrera como educador, que combinó con su papel como guía en la lucha revolucionaria de su región.

Rafael Morales González es reconocido por sus compañeros como un líder sabio y seguro de sí mismo, respetado por sus enseñanzas y directrices. Se conecta con la clase obrera impartiendo clases en la escuela obrera “Rafael María de Mendive”. Se une a diversas organizaciones estudiantiles cívicas y revolucionarias, como el Bloque Estudiantil Martiano y la Acción Revolucionaria Oriental. Su trayectoria revolucionaria se hace evidente a través de su comprensión de los sucesos del Moncada y sus vínculos con líderes como Fidel Castro.

A medida que aumentan sus actividades conspirativas, continúa compaginando su carrera docente con acciones revolucionarias, lo que contribuye a forjar su firme carácter. Participa activamente en la fundación del Movimiento 26 de Julio (M-26-7) y, a pesar de su juventud, se convierte en una figura clave en Oriente como su jefe de acción. Lidera importantes esfuerzos revolucionarios y es parte integral de la lucha clandestina en la región junto a destacados líderes.

Se mantiene informado sobre los acontecimientos relacionados con el asalto al Moncada y viaja a México dos veces en 1956 para unir a las fuerzas revolucionarias contra la tiranía de Batista. En México, colabora con importantes líderes y planifica acciones relacionadas con el desembarco del Granma. Tras los sucesos del Granma y la pérdida de compañeros, se unió a Fidel en la fundación del Ejército Rebelde en la Sierra Maestra. A principios de 1957, el líder oriental enfrentó graves reveses, pasando un tiempo en prisión de marzo a mayo.

A pesar de estar en prisión, continuó liderando el movimiento y mantuvo una postura radical de izquierda. Era un firme antiimperialista y se mantuvo fiel a sus principios y a sus camaradas, tanto presentes como caídos. Los sucesos del 13 de marzo en el Palacio Presidencial y Radio Reloj avivaron aún más su pasión por la libertad, y estaba decidido a vencer o morir. El 30 de julio de 1957, durante una acción revolucionaria, fue emboscado y asesinado junto con su íntimo amigo Raúl Pujol en Santiago de Cuba a la temprana edad de 22 años. Su muerte marcó la pérdida de una figura revolucionaria clave en Cuba. Fidel Castro lamentó el asesinato, destacando la inteligencia y el potencial de Frank País, que el pueblo cubano no comprendía plenamente.