Regresa nuevamente el curso escolar y de vuelta a la escuela, Contramaestre ya se prepara. Las aulas comienzan a recobrar su brillo para recibir a niños, adolescentes y jóvenes con interés de cultivarse en el conocimiento.
En presencia de tiempos bien difíciles, desde los más bisoños que comienzan por vez primera y otros que reanudan, aseguran mochilas, zapatos, uniformes y utensilios escolares.
Es durante esta etapa donde las prendas escolares, reciben sus toques finales para que los educandos exhiban un rostro a la altura de la gran fiesta del sector pedagógico.
El 2 de septiembre, los libros en espera, serán abiertos para plasmar en libretas los argumentos bibliográficos o referencias de la sabiduría de quienes tienen la misión de instruir.
En las aulas, de nuevo una prueba de paciencia, crecimiento y amor para aquellos alumnos que regresan y dan vida a las escuelas, para seguir siendo el alma de este proceso.
Los pizarrones volverán a desempolvarse para que tizas a través de la escritura y números, preferentemente, contribuyan a mantener una sinergia clara con la escuela, para ilustrar saberes que nutren el conocimiento.
Felices por el regreso a las aulas están las familias del municipio, donde madres, padres, abuelos, tíos, aún con una economía apretada hacen del sacrificio su mejor opción para imprimir un destello inapagable a cada escuela.
Con la ilusión de hacer y reencontrarse con amigos y profes queridos, de conocer nuevos compañeros, maestros y escuelas; niños, adolescentes y jóvenes, esperan este 2 de septiembre para ser los protagonistas de nuevas historias de la Educación cubana.