Modo verano, responsabilidad de todos para comportarse en sociedad

Modo verano con responsabilidad

En julio y agosto el calor está en pleno apogeo, coincidiendo con el receso oficial de las rutinas estudiantiles y laborales en algunos casos. Para la cita estival niños, jóvenes y padres aprovechan para acceder a opciones conformes al esparcimiento y la renovación de energías, luego de varios meses consagrados a aulas y centros de trabajo.

Durante este período, marcado por un escenario económico bien complejo, se insiste en promover una gama de actividades que supere la etapa precedente.

El interés de una promoción recreativa sana, es sobre conceptos de una inteligencia creativa, partiendo de las potencialidades en las comunidades con asesoría de especialistas de sectores diversos, de quienes se precisan soluciones colectivas.

Sin embargo, las nobles intenciones para los meses de verano a veces se ven empañadas por la variedad de acaloramiento, incluso mucho más nociva y que pone en rojo el termómetro social.

De ahí que, lo que debiera ser un espacio divertido, alegre, sano, se ve contaminado a veces por esa especie de fiebre que tiene entre sus síntomas manifiestos el arrebato de ánimo, el desacato al orden y el menosprecio al civismo.

La realidad donde más se percibe la metamorfosis de la diversión en diversionismo y de la libertad en libertinaje, que conducen a determinadas indisciplinas es evidente.

Existen algunos vacacionistas que no tienen medida a la hora de dar riendas sueltas a conversaciones cargadas de obscenidades y escandalosas que compiten con la recreación del lugar.

Existen otros que después del chapuzón en áreas de baños de la localidad, desandan con sus cuerpos semidesnudos en áreas céntricas de determinados poblados.

No se excluyen lo que gustan fanáticamente de la música y el baile y luego de satisfacer su gozo, descargan en la madrugada y con desenfreno, para perturbar la tranquilidad y el sueño del vecindario.

Y qué decir de algunos vendedores y revendedores también de bebidas, alimentos u otros recursos, quienes se aprovechan de la elevada demanda y encarecen hasta lo insólito los precios de sus ofertas. Muchos otros rostros tienen las indisciplinas sociales en la etapa estival.

Esperemos que en lo que resta de agosto haya un pronunciamiento por desterrar las manifestaciones de incultura y desidia para no potenciar desventuras que empañan su normal transcurso.

Por lo pronto, que el disfrute placentero de la etapa “Modo verano” sea de responsabilidad de todos, alimentando la conciencia y actitud individuales, del compromiso del saber compartir y comportarse en sociedad.


Moraima Zulueta Gómez

Acerca de Moraima Zulueta Gómez

Periodista de Radio Grito de Baire

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