El Callejón del Muro de su natal Santiago aún huele a sangre y fuego, porque su nombre con letras indelebles está grabado entre los mejores hijos de Cuba. En esta misma calle, la historia colma el terruño de patriotismo como cobija de hombre memorable, porque no es posible perpetuarlo solamente en el papel o en verso.
Frank País García renace este 30 de julio como el Héroe grande de la Patria, como el hombre de su tiempo y para todos los tiempos, el más extraordinario de los combatientes cubanos. Su sangre convertida en abono para ser más fuerte las raíces de la nación, aviva el legado imperecedero del Maestro, hijo, hermano, fiel enamorado y patriota sin par.
El Jefe nacional de Acción y Sabotaje del Movimiento 26 de julio resucita en su Santiago de Cuba, donde permanece intacta la enseñanza que sirve a todos por igual: “Cuando quede un solo cubano que crea en esa Revolución, ese cubano seré yo”
Es el intrépido joven, organizador de levantamiento armado del 30 de noviembre en Santiago de Cuba ejemplo de madurez, sencillez, valentía y arrojo sin límites, es la inspiración intacta que tuvo un corazón grande para amar, demandando siempre amor revolucionario, para regalar paz, libertad, justicia a su pueblo.
Hoy nadie olvida a Frank y a su compañero de lucha Raúl Pujols en la ciudad heróica, cuyas vidas arrancadas con alevosía en plena flor, siempre lloradas, trascienden en el presente y el futuro.
Frank País García, hijo de nuestro Santiago, es de esos Héroes que su muerte no es verdad porque sus huellas dejan marca en la obra revolucionaria. Su vil asesinato devuelve el dolor hecho sonrisas, devuelve aquel triste día en pañoletas, batas blancas y trabajo creador por nuevos soles de la Patria.
