La felicidad de los niños cuenta en Cuba 

Inmensa la felicidad de niños y adolescentes en Cuba

Qué inmensa la felicidad de niños y adolescentes en Cuba quienes conquistan corazones y atrapan el alma. Y es que en la Isla la infancia no está abandonada ni desprotegida, ni tampoco nuestros niños son obligados a trabajar. 

Su sonrisa, su lenguaje sincero y su mirada alegre, es el regalo más hermoso este 12 de junio, día internacional contra el maltrato infantil, cuyas vidas llenas de imaginación, sueños, agudezas y matices se alejan del universo de niños vulnerables, sometidos a la explotación, a historias  de abuso, la responsabilidad económica,  la infelicidad. 

Porque Cuba es un país donde nada hay más importante que un niño, un país donde los amigos sinceros no tienen la mirada triste y temerosa de otros, sino una mirada clara y alegre por el derecho a la igualdad sin distinción de raza. 

 Porque la niñez en Cuba tiene privilegios que la distinguen: educación inclusiva y de calidad, gratuita y obligatoria, derecho a la salud, la alimentación, la cultura y a las  leyes. 

 En cambio, en otras latitudes del mundo, la vida de los niños transcurre sin una tierna sonrisa, donde el amor y el cariño reclaman de prioridad, de iniciativas. 

 En Cuba, la infancia acaricia el sol cada mañana con poesías, canciones, bailes, trabalenguas, voces y ritmos que colorean la magia de los que saben querer, de quienes son la esperanza del mundo. 

Sin embargo, en otras lejanas tierras, el regalo de los pequeños es la oscuridad bien alejada de la luz que apaga la felicidad y fantasía,  apaga risas. Trabajo duro, cero instrucción, escasa  o nula atención médica y desnutrición, es la realidad que los acompaña. 

 Con la sonrisa pícara, la mirada alegre y el ánimo envidiable de los niños y niñas, Cuba adereza el festejo por el Día mundial contra el Trabajo infantil, que se celebra cada 12 de junio para proteger a los menores de ese flagelo. 


Moraima Zulueta Gómez

Acerca de Moraima Zulueta Gómez

Periodista de Radio Grito de Baire

Ver todas las entradas de Moraima Zulueta Gómez →