¡Que inmensa la obra de los estudiantes del futuro, de esos adolescentes y jóvenes que se empinan para hacer Revolución, para ser líderes desde diferentes trincheras, firmes sin claudicar en su decisión de asegurar la continuidad!
Fidelistas desde las entrañas y entusiastas por siempre es esta organización indetenible con intereses propios, con tareas priorizadas, con desafíos comunes, con metas por conquistar, para seguir llevando en el corazón las doctrinas del hombre sincero, de donde crece la palma, de nuestro José Martí.
Porque la fuerza de la Federación de estudiantes de la enseñanza media, animada desde su surgimiento por un liderazgo triunfador es estudio y trabajo, es compromiso y lealtad, es cultural y principios, es Patria y humanismo.
Y es que esta generación del presente y del futuro se torna en acción inalcanzable, que le toma el pulso a la cotidianeidad para construir procesos enriquecedores de la sociedad.
Abiertas las vías del crecimiento estudiantil, la defensa de la Patria es la primera misión de quienes son cortos de edad, pero maduros en sus actuaciones revolucionarias.
¡Cuanta admiración por esa juventud que expresa sus ideas creativas en las nuevas plataformas, nacidas con las tecnologías!. ¡Cuanto agradecimiento a los estudiantes de enfermería en los servicios de hospitales y pesquisas en tiempos de Covid-19!
¡Cuanta riqueza espiritual ver esos discípulos llevando su arte a comunidades rurales o intercambiando con sus semejantes en las escuelas de la Enseñanza especial o de niños sin amparo filial!
¡Cuanta fertilidad en el surco al verlos cultivar la tierra en busca de alimentos para la población, en busca de alternativas para afrontar la dureza de los tiempos actuales!
Porque decir FEEM en Cuba, es creer en los jóvenes, en su entusiasmo, capacidad, energía, pureza, heroísmo, voluntad, carácter y amor a la Patria. Bajo esos principios, los estudiantes agrupados en esa organización enrumban caminos con savia joven y fuerza que inspira.