Con la memoria fresca aún, Irma Sánchez Medina, mayaricera de nacimiento y santiaguera por adopción, atesora el fatídico recuerdo del huracán Melissa, al término de un mes de impacto por tierra Oriental.
Pero no solo esta señora con 78 de edad a cuestas, recién llegada a la ciudad de Contramaestre, revela su testimonio de lo vivido en la madrugada del 29 de octubre, sino que hace suyas sus comparaciones en relación con otros eventos climatológicos, vividos en etapas precedentes.
“Yo recuerdo el ciclón Flora, fue terrible, de mucha lluvia en territorio oriental. En ese tiempo yo tenía 16 años, y salí para la calle acompañada de mi tía a prestar ayuda a personas necesitadas una vez que pasó ese dañino huracán”
“Su paso sobre las provincias orientales fue de muchas inundaciones, nunca antes vistas, las que provocaron la muerte de más de mil personas y muchos graves”
“Ese huracán fue una lección para los orientales a su paso por la región y Camagüey. Las evacuaciones fueron masivas, fundamentalmente en el lugar donde nací: Mayarí Abajo, donde se protegieron unas 60 mil personas. También memorizo, según las noticias ofrecidas al pueblo, que el río Cauto alcanzó 80 km de ancho. Fueron cinco días de azotes”.
“Otro ciclón que me dejó angustiada fue el Sandy, ya viviendo en Santiago de Cuba, fenómeno natural mortífero en la temporada de huracanes 2012, el que golpeó con fuerza como ciclón categoría 2, dejando una estela de destrucción, dolor y pérdidas incalculables en varias provincias del Oriente cubano”.
“Con Sandy hubo que reconstruir prácticamente la ciudad de Santiago de Cuba: la catedral, algunos parques, las viviendas, escuelas, instituciones asistenciales, recuperar la agricultura, casi toda la infraestructura económico-social”
Con lágrimas en los ojos y la tristeza de un mal recuerdo, Irma Sánchez Medina, da fé del huracán Melissa, según ella un “demonio suelto en el Caribe” que nos azotó con furia ciega, con paso demoledor.
“Anteriormente donde vivía en el reparto La Risueña, en Santiago de Cuba, el desbordamiento del río de la demarcación, estuvo a punto de penetrar en mi vivienda; gracias a Dios que esas aguas pluviales no nos afectaron, pero sí tengo algunos vecinos que hubo que socorrerlos, pues sus casas se anegaron y perdieron todas sus pertenencias”
“Ese panorama tan desgarrador, me dio tremendo dolor, ver cómo personas salieron en la noche anterior a resguardarse en el vecindario y cuando regresaron en la mañana del día 29 no encontraron ninguno de sus bienes personales ni hogareños. Fue algo insólito”.
“Actualmente estoy viviendo en la ciudad de Contramaestre, y les confieso que en los años que me queda por vivir, ruego a ese Altísimo no tener que experimentar otro sobresalto o angustia que causa los efectos demoledores de un huracán” .
A más de un mes del paso de Melissa por la región Oriental de Cuba, Irma Sánchez Medina, mayaricera de nacimiento y santiaguera por adopción, hace buenas prácticas de una cultura resiliente para enfrentar en estos precisos momentos la etapa recuperativa que demanda estos precisos tiempos”.

