La salud de la mujer ha sido objeto de controversia y debate a lo largo de la historia, especialmente en lo que respecta a la sexualidad y la reproducción.
Estos temas constituyeron un tabú durante muchos años, y hoy, aunque se ha avanzo considerablemente en ese sentido, aún persisten prejuicios, inseguridades y desconocimiento.
No es este el único inconveniente de las féminas en cuanto a la salud, pues otros problemas como la saturación del trabajo doméstico, la crianza de los hijos y el cuidado del hogar atentan contra su bienestar tanto físico como psicológico.
Ante este panorama, la creación de mecanismos y organizaciones que defiendan el derecho de la mujer a una salud estable, llegó como respuesta a una cuestión de urgencia.
Tal es el caso de la Red Mundial de Mujeres por los derechos Sexuales y Reproductivos, que en 1987 designó el 28 de mayo como fecha para celebrar el día internacional de acción por la Salud de las Mujeres.
Desde entonces, se han abordado desde una perspectiva científica las causas más comunes de mortalidad femenina y se ha trabajado en la búsqueda de alternativas y tratamientos que permitan revertir, o al menos aplacar, dichas situaciones.
En Cuba, existe la voluntad política de apoyar a la mujeres en la lucha por sus derechos, que incluyen la plenitud física y mental. No obstante, aún queda un amplio camino por recorrer para saldar las deudas de un pasado en el que no se tuvo en cuenta su bienestar.
Para las mujeres cubanas de hoy, lograr un estilo de vida feliz y equilibrado, puede resultar difícil muchas veces. Las complicaciones de la cotidianidad, las carencias o problemas intrafamiliares son obstáculos a superar; no obstante, con el apoyo del resto de la familia la repartición equitativa de las tareas hogareñas y una atención médica oportuna, es posible que la tradicional carga de las féminas sea más llevadera.
