En lucha insurreccional de los cubanos por derrocar la dictadura de Fulgencio Batista y conquistar una Paría Libre, la juventud, aglutinada en el Directorio Revolucionario supo convulsionar la conciencia popular, acrecentar el repudio al régimen tiránico, y adelantar la senda del triunfo.
Los sucesos acaecidos el 13 de marzo de 1957, en La Habana, con el ataque al Palacio Presidencial fueron de los que se inscribieron en nuestra historia.
Ese día marcó las huellas de valentía y arrojo de integrantes del Directorio Estudiantil Revolucionario dirigidos por José Antonio Echeverría cuando llevaron a cabo, en horas de esa tarde y en forma sincronizada, el asalto al Palacio Presidencial y a la vez la ocupación de la emisora Radio Reloj, bajo el plan de ajusticiar al dictador del régimen batistiano y de acelerar el triunfo de la Revolución.
Varios factores incidieron en que no se lograra objetivo de la operación; el refuerzo nunca llegó, hubo superioridad numérica y armamentística de la guarnición del Palacio Presidencial así como, la huida de Batista. Carlos Gutiérrez Menoyo, José Antonio Echeverría y una veintena de combatientes encontraron la muerte en esta arriesgada acción.
En esa operación de la juventud cubana, Fulgencio Batista nunca estuvo tan cerca de ser ajusticiado cuando que en las mentes de los revolucionarios cubanos crecía la idea y certeza de que existían personas con la voluntad necesaria para llevar los ideales martianos a su justa materialización, a riesgo incluso de sus propias vidas para señalar la senda de libertad.
De esa histórica jornada de lucha liderada por José Antonio Echeverría, destacado dirigente de la juventud cubana, han transcurrido 68 años y la defensa de su trascendencia histórica se mantiene en el pleno recuerdo por todos los que hoy batallan y desafían obstáculos en los diferentes frente de la sociedad, para mantener vivo el ejemplo de los entregaron su sangre generosa por la conquista de la nación libre y soberana como lo es Cuba.