Bartolomé Maximiliano Moré Gutiérrez o simplemente Benny Moré, fue de una de las figuras del pentagrama cubano del siglo XX que marcó y aportó a la identidad y particularidad de la música de la mayor de las Antillas. Sesenta y dos años de su muerte cumple hoy el Bárbaro del Ritmo, natal de Santa Isabel de Lajas, provincia de Cienfuegos.
Hombre de inigualable voz que de manera empírica demostró a través de su capacidad innata para la composición su amplio registro en la interpretación musical.
Sus raíces esclavas influyeron determinantemente en su prolífera carrera artística. Según se deja registrado por los investigadores de esta figura que la la gran estrechez económica en su etapa infantil no le permitieron tener al Benny oportunidad de estudio o de empleo fijo. No obstante, en su corto período de estudio en la Escuela de Instrucción Pública José de la Luz y Caballero se destacó por su disciplina, aplicación, clara y natural inteligencia para las matemáticas y la lectura.
Sus aptitudes por el canto y la improvisación fueron inigualables desde la infancia. Valorado como un genio en la música cubana ha sido fuente de consulta e inspiración para diversos intérpretes.
El Benny supo ganarse el cariño y respeto del pueblo cubano, ese que sabe valorar el arte cuando es bueno. Afecto conquistado no solo por su talento sino también por su carisma y naturalidad.
En 1945, es considerado como el año en que el Benny hace su debut como cantante profesional con el conjunto de Miguel Matamoros. Con esta agrupación tuvo por primera vez un trabajo estable como músico y realizó sus primeras grabaciones. Según se afirma que el Benny al oír por primera vez su voz grabada le causó una rara impresión. Se dice que se paseaba por todo el estudio de grabaciones con las manos sobre la cabeza, llorando y riendo como un niño. A partir de este momento la carrera como cantante de Bartolo, como también le decían, se puede catalogar de vertiginosa.
Contramaestre en el año 1952 tuvo el privilegio de tener al Bárbaro del Ritmo en las tradicionales fiestas de San Liquito, en la localidad de Pueblo Nuevo. Su impronta quedó entre sus pobladores de la época y la posterioridad y el suceso quedó recogido en el material radial titulado La Huella del Benny realizado por la investigadora y locutora Yunia Garcia Rosales. Reportaje que aborda la visita del músico a la demarcación contramaestrense y que demuestra lo alcanzado por el artista, tanto por su popularidad como por su calidad interpretativa y musical.
