Para el venidero 2 de septiembre está fijada la fecha de inicio del nuevo curso escolar en los centros educacionales cubanos, motivo suficiente para preocuparnos y ocuparnos en este comienzo y tenga toda la calidad que merecen educandos y educadores.
El panorama económico, político y social que viven los cubanos impacta de manera negativa en el buen desarrollo del proceso de enseñanza aprendizaje previsto, pues las carencias e imposibilidades de adquirir medios de enseñanza, útiles escolares y otros materiales necesarios aumenta y provoca un desequilibrio en el sistema educativo, situación que se intensifica con el bloqueo imperialista que vive la isla.
Faltan en ocasiones los lápices, las libretas o los libros de texto necesarios, factores todos que, aunque laceran no determinan el éxito del curso escolar.
Ante cada dificultad los maestros encuentran soluciones viables, construyen con materiales reciclables los medios de enseñanza, se reparan mobiliarios escolares y la base material de estudio, se crean equipos de educandos que utilicen en colectivos los libros existentes, se aprovecha la luz del día para la realización de tareas y trabajos prácticos.
Destaca nuestra educación en la búsqueda de iniciativas creadoras que nos ubican, sorteando las dificultades entre los países que exhiben una buena educación, gratuita y obligatoria para todos.
