El control de precios máximos a seis productos de alta demanda en todas las formas de gestión comercial, aún precisa en Contramaestre de rigor y sistematicidad, ante ciertas irregularidades que contradicen la Resolución 225 del Ministerio de Finanzas y Precios para la reducción temporal de determinadas mercancías.
La medida, que le da un leve respiro al bolsillo del pueblo trabajador y que debió aprobarse mucho antes, no deja de ser un sobresalto en la economía familiar, porque lo que hoy es una solución, es además una preocupación o alarma sin que haga aparición eficaz el enfrentamiento.
Y hago tal aseveración, por las expectativas de muchos contramaestrenses, comentadas a esta reportera, quien otorga la razón sobre la realidad del asunto, al comprobar el panorama de los precios topados para algunos productos comestibles
El pollo, por citar un ejemplo, que tanto gusta muchas veces desaparece de las tarimas, dicho en buen cubano, esfumándose y cuando reaparece, la alteración de precio es evidente e incluso cobrando hasta 350 pesos la libra.
Las incidencias en este demandado alimento, repercuten también en el pesaje, cuyas libras no se corresponden con el precio desregulado por muchos vendedores establecidos en sus puntos de ventas, perjudicando el costo de alimentarnos, el que se dispara de manera volátil.
La intención del Estado para contener los ritmos de inflación y su impacto en productos esenciales, con la consecuente tendencia al incremento de su valor, urge de una necesaria acción con inflexibilidad e intensidad que defienda al pueblo, a fin de buscar orden y respeto a los precios.
Por tanto, se precisa de redoblar con urgencia el trabajo de inspección en puntos de ofertas o establecimientos donde se expende fundamentalmente el pollo, aunque exista descontento en los dueños del negocio y sus dependientes, pues la Resolución 225 que defiende precios topados para productos de primera necesidad, permite estirar un poco más el dinero en los bolsillos humildes de la población.
En el control riguroso y el enfrentamiento constante están los caminos imprescindibles para asegurar y sostener el impacto positivo de la medida.
De la norma a la vida, hay una realidad, en la que algunos cumplen y otros siguen buscando maneras y justificaciones para seguir vendiendo caro, cuya práctica abusiva debe ser denunciada por los contramaestrenses, para ver si algún día nuestras expectativas se cumplen.