Contramaestre rememora este 15 de agosto, el nacimiento del patriota de todos los tiempos, del hijo legendario que siempre estuvo al servicio de la defensa de la Patria, del inmortal de la historia, cuya impronta no se borra jamás.
Juan Fajardo Vega, devenido en símbolo de Cuba, inscrito como “el último mambí” es de esos hombres salido de lo más profundo de la nación que se identificó con los humildes de la tierra para compartir su suerte como uno más.
Guayabal, su terruño natal de suelos fértiles, nunca olvida la labranza del eterno mambí para ayudar a su padre y a su numerosa familia.
De raíces patrióticas apegadas a la Independencia de Cuba, se nutrió el Ejército Libertador, al incorporar en sus filas un joven de 16 años con sed de justicia y progreso social.
La Guerra del 95 atesora este valioso guerrero, quien vió en la emancipación independentista la libertad de Cuba, y una paz verdadera para los hijos de la Isla.
Su entrega a la causa revolucionaria, fue probada también en el Ejército Rebelde como armero del Tercer Frente Oriental, donde demostró la grandeza e ímpetu en defensa de la obra humanista y solidaria.
Juan Fajardo Vega, fue el héroe anónimo admirado por Fidel, quien sobrepasó los 105 años de edad para despedirse con tremenda lucidez y resistencia física.
A la distancia de 143 años de aquel nacimiento perdurable, Contramaestre, tierra que te vió nacer, te evoca cercano, transparente; venera tu huella de luz infinita, de valiente guerrero que peleó como buen titán para ofrecernos libertad, paz, amor y justicia social.