Contramaestre rinde honores a la gratitud, gracias a la existencia de una joya de la Salud Pública por el bien de todos, porque quien recibe un beneficio nunca debe olvidarlo.
Fidel fue el padre de ese regalo, de la honorable institución asistencial que hoy cumple 36 años, para estar resguardada en el corazón y en el alma de cada contramaestrense.
Orlando Pantoja Tamayo, es el mártir, hijo ilustre del terruño, símbolo de la gran obra que inmortaliza al integrante del movimiento “26 de julio”, al combatiente guerrillero internacionalista y al amigo inseparable del Ché.
Fidel hizo la apertura del emblemático edificio para asegurar el bienestar de nuestro pueblo de manera solidaria, para mejorar la calidad de vida de habitantes locales y de la serranía del Tercer Frente Oriental.
El líder histórico de la Revolución cubana, con la gratificación del hospital Orlando Pantoja, avalaba en Contramaestre la atención médica especializada, con suficiente infraestructura humana, física y tecnológica, una obra que le caben todos los honores para ser la Patria más grande soñada por Martí.
En nombre de los hijos de esta tierra, hoy damos gracias a Fidel por el hermoso símbolo construido al servicio de la humanidad, por el honor que le cabe a la Generación del Centenario de ver triunfar la Medicina cubana en un municipio rico de historia, sangre y sudor.
Vísperas del Día de la Rebeldía Nacional en su aniversario 71, las nuevas generaciones inspiradas en el ejemplo de Orlando Pantoja Tamayo que laboran en la gran obra de la Salud Pública en Contramaestre, ratifican el compromiso de seguir siendo fiel al modelo social cubano para agradecer infinitamente a Fidel el sueño conquistado.