Desde hace más de cuatro décadas en Cuba se celebra el 21 de junio el Día del Trabajador Forestal. Fecha que coincide con el primer día del verano y con el mes más lluvioso en nuestro país. Actualmente la jornada coincide también con las celebraciones del Día del Árbol. Razón por la cual se realizan a lo largo y ancho del archipiélago actividades con motivo a la fecha.
La celebración convida a reflexionar acerca de la importancia que tienen los árboles y los bosques para conservar la vida humana en la Tierra, así como reconocer la labor de estos hombres y mujeres que protegen el ecosistema.
Roce, plantación, poda, raleo, corta, asereno, madero, cuidado y explotación de bosques son algunas de las acciones que realizan estos protectores de la flora y fauna. Empeño que ha garantizado que el patrimonio forestal cubano continúe con un predominio de los bosques naturales.
Trabajadores que en disímiles ocasiones se enfrentan a situaciones complejas y limitaciones de recursos pero que garantizan que nuestra isla posea un medio ambiente renovable y sostenible.
Guardianes de la naturaleza que conocen los secretos de cómo surcar el tronco y en qué pinos realizarlo para no afectarlo, la tala y traslado de los árboles por caminos de difícil acceso, la espera y constancia por la confección de un horno de carbón, muestra la persistencia y responsabilidad de estos trabajadores protectores de la naturaleza.