Con sueños por cumplir, abandonaste la infancia para aprender y crecer, esperando la adolescencia. Como un regalo de la vida aparece la juventud para posesionarte como uno de los segmentos más hermoso e importante de la sociedad.
Surgiste juventud para vivir siempre enamorada de la viveza, para conseguir una auténtica personalidad, para protagonizar bellas páginas de amor y compromiso, para ser artífice de la obra presente y futura.
Ser joven es una oportunidad que brinda la vida para forjar metas, soñar, enfrentar desafíos. Implica más responsabilidad, entusiasmo y visión.
Decir juventud es abrirse al diálogo y mirar el mañana con acierto; es ser el motor impulsor de las sociedades para crear espacios renovadores mediante la inteligencia individual y colectiva.
Ser joven es sinónimo de cambio, de progreso; es estar lleno de energías y dinamismo que apuestan por el desarrollo común; es descubrirse a sí mismo; es hacer diversas siembras para recoger buenas cosechas.
Ser joven significa reencontrar tus capacidades con miras al futuro, es superar obstáculos, es ayudar a los demás con aptitud positiva y desprendimiento humano.
Pertenecer a esa condición etárea significa que lo más importante es abrirse hacia nuevos caminos, es la primera parte de la definición para comenzar a tener un lenguaje propio y amar con plenitud la vida, perdonando los golpes que nos arroja. Ser joven es conseguir todo lo que te propongas.