Admiro a ese rostro curtido que se gana el pan de cada día al resistero del sol, con los pies puestos en el surco, a esos hombres y mujeres que en medio del campo, empapados de sudor se fajan con la tierra para hacerla producir.
Respeto a ese guajiro raigal que se levanta antes que cante el gallo, ese que tiene como costumbre tomarse un buche de café y usar un sombrero de yarey desgastado, que venera el calendario lunar y también a sus santos.
Considero a ese humano que mira al cielo invocando clemencia para que caiga la lluvia, para que la bondad de madre natura bañe sus fértiles terrenos cultivados de alimentos destinados a los suyos y a la gente común.
Porque esos hijos del alba que conocen de su faena, tan diestros en los quehaceres y la vida dura del campo, agradecen este 17 de mayo, la firma de la Ley más importante de la Revolución, de una ley que significó libertad total con plenos derechos.
Estas almas guajiras que aún escriben con la tierra en la yema de los dedos, rememoran el ayer, recordando a semejantes con manos callosas desde niños, que sólo tuvieron muñecas de tuzas de maíz o un par de pomitos halados por una soguita, simulando una yunta de buey.
Esa fuerza de adoración del suelo, evoca a la Yaya, quien sazonó con lágrimas la comida de cuatro hijos; el tiempo de la harina y un quilo de pan para el bocado de alimentos.
Con sangre y sufrimiento, Cuba regaló el derecho a la tierra, hizo realidad la promesa hecha por la Generación del Centenario, una idea propuesta por el Congreso Campesino en Armas, un sueño hecho a manos y sin permiso, sólo con el liderazgo de Fidel.
Por ese agradecimiento eterno, campesinos contramaestrenses defienden la prosperidad de sus campos, con bautismo de ciencia, tecnología y amor infinito, defienden mantener la producción de alimentos para el pueblo.
Por ese agradecimiento infinito, estos hombres y mujeres del campo, nunca paran de trabajar, de hacer surcos y llenarlos, de cosechar sus frutos, de levantar lo suyo y lo de todos, para que la tierra siga siendo una inmensa luz.

