¨Para quitarme la tierra hay que matarme¨ sería la respuesta de Niceto Pérez García hace 77 años al latifundista Lino Mancebo Rosell terrateniente que centró la atención en el desalojo de Pérez García de su finca María Luisa en el Vínculo provincia Guantánamo.
Una vez más el grito de ¡Tierra o sangre! quedaría inmortalizado por uno de los hombres que en la localidad guantanamera defendió su pedazo de tierra hasta las últimas consecuencias.
A más de siete décadas de aquel horrendo suceso el campesinado cubano recuerda el vil asesinato de este guantanamero que se convirtió en ejemplo y guía de las luchas campesinas.