Los estudiantes cubanos tras una merecida semana de receso docente se incorporan nuevamente a las aulas y se reanudan los procesos de enseñanza. Padres y maestros aúnan sus esfuerzos para garantizar continúe el proceso docente educativo en este panorama tan complejo que vive el pueblo cubano donde el bloqueo imperialista es el principal escoyo que se encuentra a su paso, es el mayor culpable de esas carencias y aumento de necesidades.
Aún así, el curso escolar continúa desarrollándose con esos mismos viejos libros de textos, reparados una y otra vez, con aquellos pequeños lápices hábilmente empatados o incrustados en partes de bolígrafos, con libretas hechas con hojas recicladas.
Asistirán nuestros niños con sus uniformes limpios, peinados e higiénicos. No tendrán todos una hermosa mochila pero no dejarán de llevar sus materiales a la escuela, algunos llevarán los viejos zapatos del hermano mayor pero seguirán asistiendo, continuarán recibiendo gratis la enseñanza.
Garantizarles la alimentación es todo un reto, hoy nos unimos como país para lograrlo, se produce en los patios y se aporta, las estructuras agrícolas entregan su parte, las nuevas formas económicas también apoyan y poco a poco se garantiza lo indispensable. Nadie piense que es sencillo, el bloqueo nos la pone cada vez más difícil pero Cuba, sus educadores y su pueblo demuestran que nada nos frenará en este empeño de garantizar la educación de los hombres y mujeres del futuro.
