A la Patria, manos y corazón es la consigna que convoca a este Primero de Mayo, a la clase proletaria, a cubanos todos que aman a su Isla en medio de desafíos y adversidades.
Hacer de la gran marcha otra victoria de trabajo, unidad, compromiso, es la respuesta que se espera para seguir avanzando en presencia de tiempos bien difíciles.
Martí acompañará a la avalancha de hombres y mujeres, inspirados en su legado, caminando en un mismo sentido y denunciando las patrañas del Gigante de las siete leguas, reafirmando con certeza que Patria es Humanidad.
Fidel desfilará junto con obreros de las fábricas, de las escuelas, de los hospitales, con los científicos, con los hombres y mujeres del campo, todos con manos creadoras; Fidel será la luz que iluminará la multitud de rostros, banderas y consignas que dignifican a la Patria con trabajo, con el amor que sale de sus manos y sentimientos que afloran en el corazón.
La marcha, unida y victoriosa, guiada por las más grandes conquistas revolucionarias, llevará en el corazón de cada patriota los preceptos del Moncada, reafirmará la ideología del cubano de seguir siendo una Isla socialista que defiende y pelea por lo suyo.
Piernas y gargantas visibles volverán a ratificar su lealtad al modelo social cubano con sus transformaciones, darán fe de una conciencia multigeneracional con solidez patriótica.
Con puños cerrados y levantados como expresión de firmeza y continuidad, la juventud demostrará la defensa de sus sueños para seguir en una Cuba mejor, con madurez política, con alma sensible dispuesta a salvar lo que tenemos.
Henchidos de heroísmo y alegría, Contramaestre reeditará otro Primero de Mayo con amor infinito a la Patria, extendiendo sus manos en gesto de compromiso para que el corazón siga latiendo feliz en una marcha de pueblo que distingue a cubanas y cubanos.