Con asombro Julio Antonio Mella mira la multitud en plazas y edificios universitarios y hasta sonríe al ver a sus semejantes tras la continuidad revolucionaria. El líder estudiantil reconoce que, aunque su vida en torbellino no fue en vano, su despedida adelantada, nutre aptitudes y saberes.
Con orgullo Mella comprende que valió la pena sacar de las garras de la injusticia y la violencia, la sabiduría que alimenta a los estudiantes, que aprender es la oportunidad más valiosa para salvar la Patria y perseguir los sueños; que la vida es eso, continuar el viaje para pertrecharnos de armas ideológicas y pensamientos positivos camino al progreso hasta el día del último adiós.
Por esa pasión revolucionaria Mella legó al estudiantado cubano que la educación significa emancipación, libertad; significa elevar el alma a la gloriosa luz de la verdad, la luz por la cual sólo los hombres y mujeres pueden ser liberados.
Mella y su impronta
Inspirado en el ejemplo de Mella, los estudiantes que se cultivan en las Secundarias, Pre-universitarios y Universidades, reanudan sus retos con voluntad y determinación, tras el impacto de tiempos muy complejos para continuar siendo libres y aportando al proyecto social cubano.
Con la convicción de que después de muertos somos útiles, que nada de nuestra obra se pierde, el estudiantado de la nación sabe a conciencia que esta Cuba hay que defenderla para consolidar aun mas la obra revolucionaria, para que la República se mantenga de sí, antes que ser esclavos de nadie.
Frente a las pretensiones mercenarias de arrebatar nuestra independencia y soberanía, los estudiantes de Cuba saben dónde están y hacia dónde van, saben que ante el enemigo no puede haber pacto, ni rendición ni derrota; que la virtud está en defender la Patria arropada de Héroes inclaudicables y cubanos dignos que aman y fundan.
Hoy cuando todos los ensayos del imperio han quedado en el vacío, Mella continúa mirando con asombro y orgullo al estudiantado de su tierra, al conocer que tienen una hoja de ruta creíble, avalada por el arrojo y la valentía de una Revolución socialista.