El actual proceso de nominación de candidatos a delegados a las Asambleas Municipales del Poder popular transcurre en el Consejo popular de Maffo con fidelidad a los principios patrios, realzando la democracia participativa característica del modelo social cubano.
Esa realidad, en medio de circunstancias muy complejas, reafirma la valía de una tarea protagonizada por el pueblo, distintiva de los valores humanos para pensar y actuar como país en defensa del bienestar de quienes han depositado la confianza en la persona nominada.
Como los delegados proceden del pueblo, con respaldo constitucional, es evidente la fortaleza que son hombres y mujeres sin posesiones materiales y sin encumbrados títulos, sólo son representantes gubernamentales en la comunidad con dignidad moral y honradez.
De ahí que, cuando los vecinos se reúnen en el espacio común que comparten las familias, donde convergen amas de casa, trabajadores, jubilados, niños de la barriada, para proponer a su candidato, asistimos a un momento supremo de democracia con sabor bien cubana y pura.
Nominación por meritos en la comunidad
Porque nuestro sistema electoral, muy excepcional, está sujeto en nominar seres humanos con respeto al pueblo, con proyecciones de que sea voz de quienes le dieron su voto, y a los que por ley tiene el deber de representar.
Una nominación entonces por amor a la Patria, por confianza a la obra revolucionaria, por el bien de todos, por la seguridad, la paz, por la soberanía e independencia que defendemos, debe ser el sentido común en este proceso para no convertirnos nunca en marionetas de un guión oportunista que ensayan los vecinos del norte.
Nominar para no hipotecar el futuro de la nación, debe ser también conducta inteligente y madura para seguir siendo los dueños de nuestro destino desde la base, desde los barrios, para tener un delegado que defienda la confianza y la voluntad del pueblo.
Aunque los tiempos actuales son bien difíciles, no nos dejemos cegar; por el contrario, defendamos con fidelidad estas Asambleas de nominación con la pretensión de contar con un país mejor y más justo.