En Maffo existen hombres y mujeres que aman la tierra, hombres y mujeres que cada mañana saborean su buche de café para salir en busca del surco.
El suelo aguarda por esos obreros agrícolas, por los brazos dispuestos a encarar los desafíos que imprime un genocida bloqueo, que obliga a trabajar más duro, a golpes de perseverancia y dignidad.
El rocío del amanecer humedece los sentidos de estos mortales enamorados de su llanura, que conocen de la bondad de la tierra debajo de sus pies, del aire que sopla a su alrededor; de la lluvia que a veces moja sus cuerpos tras el cumplimiento de su labor.
El sol también curte la piel de estos hombres y mujeres, quienes conducen la yunta de buey en conexión con el animal, para preparar la siembra que asegura el alimento de cada día, que asegura la labranza urgente para producir la comida de sus semejantes.
Conocedores de la tierra
Campechanos, y jaraneros son estos hombres y mujeres que sin estudios académicos saben qué profundidad darle al suelo para plantar la semilla, saben escuchar la tierra cuando demandan nutrientes, saben de los secretos de madre natura para el manejo integral del cultivo.
El sudor agrícola arropa la conciencia de los laboriosos trabajadores que aprovechan las bondades del campo para recoger los frutos que sustentan la vida; por el gozo de suplir alimentos necesarios en la mesa familiar
Estos guerreros que aman la tierra, se sobreponen a la adversidad de los tiempos actuales para hacer realidad la soberanía alimentaria. En los brazos, esfuerzos y creatividad de los hombres y mujeres, la Agricultura de Maffo reverdece sus campos
