Nuevamente Cuba es dueña de su destino. Un ejercicio que alumbra la paz desde el corazón fue la novedad de un día diferente para defender el presente y el futuro de la nación.
Equidad, justicia y amor fueron conceptos resguardados en las urnas a través de un voto libre, igual, directo, secreto. El Código de las familias es el texto sustantivo para sobrepasar la adversidad cotidiana, los sinsabores propios y ajenos, la maldad de una campaña mediática que no ha podido amilanarnos.
Consecuente con la idea de que un mundo mejor es posible, que el bien es para todos, las familias de Contramaestre con su asistencia mayoritaria a los colegios, se pronunciaron por un Código ajeno de prejuicios y estereotipos en respeto a la diversidad social.
Sin dudas, la norma jurídica sometida a Referendo popular este 25 de septiembre, es expresión de transparencia de lo que merecen las familias cubanas en defensa de la igualdad y la justicia, para formar hogares felices más allá de los lazos sanguíneos.
Cuba y su democracia
Sí con el corazón y por el amor fue la decisión irreversible de muchos jóvenes que ejercieron su voto por primera vez, y en una primera vez en la historia Constitucional donde Cuba aprueba el ejercicio efectivo de un Referendo para ofrecer luces emancipadoras.
Con la certeza que el Código rompe tabúes arraigados para crecer como sociedad, educadores, médicos, profesionales de sectores diversos, abuelos, y personas con situaciones de discapacidad, entre otros, asistieron a las urnas para apostar por la existencia de una sociedad inclusiva que valora las familias desde la perspectiva de un pensamiento renovado que evoluciona al hombre.
Con ese voto responsable, de amor y esperanza, de respeto y humanismo, bajo una lluvia vespertina en Contramaestre, las oportunidades se abren a una gran mayoría que encontraron obstáculos en sus caminos para ver hoy la vida con matices progresivos, sin importar apagones, carencias, desabastecimientos, demostrando que somos más valientes.
Nuevamente Cuba es dueña de su destino para seguir amando, para seguir ampliando el ejercicio demócratico y participativo, cuya construcción colectiva refrenda un Código de las familias de lealtad heterogénea por el bien de la especie humana.
